La Granja Insulators tiene ya instaladas más de 120 millones de unidades en redes eléctricas de todo el mundo, desde Canadá hasta Arabia Saudí
En pleno corazón de la Sierra de Guadarrama, donde el aire frío baja del puerto de Navacerrada y el tiempo parece detenerse entre los jardines del Palacio Real, late una de las fábricas más singulares de España: La Granja Insulators, un gigante invisible que sostiene, literalmente, la electricidad del planeta. Desde este rincón segoviano, un pueblo de apenas cinco mil habitantes, se fabrican los aisladores eléctricos de vidrio que garantizan la estabilidad de las redes de alta tensión en más de 120 países.
"Queremos que el mundo sepa que el made in Spain también significa tecnología, precisión e innovación", afirma Bruno Portellano, director general de La Granja Insulators. Su voz mezcla orgullo y convicción. No es para menos: la empresa, heredera de la histórica Real Fábrica de Cristales fundada por Carlos III en el siglo XVIII, es hoy la único que cuenta con una planta que integra todos los procesos productivos del vidrio, ensamblaje y siliconado de aisladores, así como laboratorio.
Un legado centenario convertido en motor tecnológico
La historia industrial de La Granja comenzó en 1932, cuando se produjo el primer aislador de vidrio para el sector telefónico. En 1959, la compañía -entonces bajo el paraguas de Saint-Gobain- dio el salto al sector energético, fabricando aisladores de suspensión para líneas de alta tensión. Desde entonces, su evolución ha sido constante: innovación, automatización y sostenibilidad son las claves de su crecimiento.
En 2010, la empresa registró la patente SILGLASS, un recubrimiento de silicona que mejora el comportamiento eléctrico en zonas de alta contaminación o humedad. Y en 2022 lanzó Xpertise Smart Insulation, un software basado en inteligencia artificial capaz de predecir cuándo realizar mantenimientos en las líneas eléctricas. "El aislador puede representar solo el 3% del coste de una infraestructura eléctrica, pero causa el 90% de los problemas si falla"recuerda Portellano.
Hoy, la planta segoviana produce más de 4 millones de aislantes al año, con capacidad para soportar hasta 765.000 voltios. En servicio hay ya más de 120 millones de unidades fabricadas en La Granja, instaladas en redes eléctricas de todo el mundo, desde Canadá hasta Arabia Saudí.
Un mercado global en expansión
El mercado mundial de los aisladores eléctricos, valorado en 585 millones de euros, vive un auge sin precedentes. "Estamos en un momento clave", explica Mikel Campos, director de ventas y marketing de la compañía. "La renovación de líneas eléctricas en Europa y Estados Unidos, el auge de las energías renovables y el crecimiento de países en desarrollo están disparando la demanda".
Los aisladores de vidrio están ganando terreno a los de porcelana y composite: hace una década representaban el 15% del mercado; hoy rozan el 40%. En un sector donde la demanda supera la capacidad de producción, La Granja Insulators se sitúa entre los dos únicos fabricantes occidentales relevantes, junto a la francesa Sediver. Su cuota actual es del 11%, con un ambicioso objetivo: alcanzar los 90 millones de euros en ventas en 2030.
El Oriente Medio es actualmente su principal mercado, seguido de Europa y Norteamérica. Arabia Saudí, en particular, ha experimentado un crecimiento "brutal", impulsado por sus megaproyectos energéticos. La empresa también planea abrir miniplantas de ensamblaje en diferentes zonas estratégicas.
Innovación y sostenibilidad: el nuevo eje de la fábrica
La compañía ha invertido más de 16 millones de euros desde 2020 para automatizar procesos y mejorar la eficiencia, incrementando en un 24% su capacidad productiva. En paralelo, ha reducido un 19% sus emisiones de CO2 desde 2016 y se ha comprometido a recortar un 64% sus emisiones de alcance 1 y 2 para 2034, dentro de su plan de descarbonización certificado por la iniciativa internacional SBTi.
Fuente: elperiodicodelaenergia.com
